Dumbo hizo que nos enamoráramos de ellos. Los mamíferos más grandes del mundo, los grandes de la sabana africana y de las estepas asiáticas -como curiosidad, los africanos tienen las orejas grandes y los asiáticos pequeños, ¿te habías fijado alguna vez? -, asombran por su grandeza en todos los sentidos.
Viajar y verlos en libertad, cuidándose unos de otros como manada, es un regalo para todo viajero. Pero no todos los elefantes pueden gozar del privilegio de ser libres; las amenazas constantes hacia estos animales, hacen que sus vidas peligren en cualquier lugar del mundo.
Ver e interactuar con elefantes en Tailandia es una actividad común y frecuente entre los turistas, pero lamentablemente la mayoría de los 3000 elefantes asiáticos que quedan en el país, viven en cautividad, especialmente en el norte del país, en la zona de Chiang Mai donde hay más de 70 “refugios” de elefantes. Decimos “refugios” entrecomillándolo porque un refugio debería ser un sitio seguro, un lugar donde estar a salvo, y desgraciadamente, en muchos de esos lugares, se abusa y maltrata a los animales en beneficio de los hombres.
Seamos sinceros, ningún elefante querría bañarse con un humano día sí y día también, ni llevar sillas a la espalda azuzados por palos y engañados con caña de bambú para comer ni, por supuesto, hay constancia en el mundo del arte de ningún elefante famoso por sus pinturas, aunque en los shows se empeñen en que dibujen árboles o casas con la trompa.
Eso no quita que no puedas vivir la experiencia de estar cerca de estos maravillosos animales, pero es importante saber dónde hacerlo, para asegurarnos de que los elefantes sean la mayor prioridad frente a los que sólo quieren sacar dinero.
Te proponemos algunos ejemplos para ayudar a los elefantes en Tailandia:
- Quizá parezca obvio y la mayoría de la gente no se plantearía jamás la caza de estos animales, pero la cosa va más allá de ir con una escopeta porque el motivo por el que se da en muchos casos es el consumo y la demanda de productos relacionados con estos animales. Por ejemplo, evitar la compra de marfil para joyas o decoraciones, hará que el elefante sea menos atrayente para los furtivos, protegiéndolos de muertes totalmente innecesarias.
- En las ciudades y en la jungla hay gente que ofrece paseos en elefante. Lo ideal es rechazar la oferta puesto que la mayoría de esos animales son capturados siendo muy jóvenes y responden a la demanda del turista. Son domesticados para poder montarlos, algo totalmente antinatural. Si nadie acepta ese maltrato, no sale rentable y por lo tanto desaparece el negocio.
- Evita también las fotos. De nuevo los elefantes habrá pasado por un proceso largo y cruel de domesticación para agacharse sobre las patas delanteras con una orden sencilla. Así que, mejor dejarlo pasar.
- No vayas a ningún show de elefantes porque no nacieron para entretener a los turistas y así no harás negocio con los que rompen, a base de palos y castigos, el espíritu libre de estos mamíferos.
- Conoce. Infórmate. Es verdad que hay santuarios donde los tratan mejor, pero ninguno es 100% bueno para ellos. Cuanto más sepas del tema, mejor podrás discernir entre un lugar y otro. Es cierto que muchos rescatan elefantes de la calle o de shows donde el maltrato está a la orden del día, pero siempre se busca algún tipo de beneficio puesto que en realidad los elefantes nacieron para ser libres y no deberían tener contacto con humanos. Lo ideal sería que los rescataran, los ayudaran y luego los dejaran de nuevo en su hábitat, pero lamentablemente ahí no hay negocio. Sin embargo, es cierto que esta mafia los deja tan “tocados” que dejarlos en libertad no siempre es factible, porque la costumbre ha cambiado para siempre su mente y su comportamiento, y al no haber muchas zonas protegidas, los elefantes permanecen cerca de las aldeas provocando incidentes no deseados.
- Los santuarios que realmente no hacen negocio con los elefantes, no permiten interactuar con ellos ni montan espectáculos de ningún tipo. Hay centros de confianza y en estos se ofrecen voluntariados y se aceptan donaciones. Si contactas con tu agencia de viaje, involucrada en el turismo sostenible y la preservación del medio ambiente, podrán orientarte.
- Puedes ayudar siendo voluntario cuidando elefantes: alimentarlos, bañar y sacar a pasear (largas caminatas) a los más pequeños, o ayudar en la campaña de información y divulgación. En algunos casos puedes quedarte una noche o hasta una semana, y en ese tiempo puedes conocer de primera mano el día a día de los elefantes y de paso la vida en las pequeñas comunidades locales de Tailandia.
- Quizá una forma de ayudar en la distancia es apadrinar a uno de estos “pequeñines”, para asegurarse de que reciben los cuidados necesarios. Las donaciones para la preservación del medio y de sus cuidados, siempre son bien recibidas y la aleja de las grandes masas de turismo.
Sabemos que interactuar con estos animales es toda una tentación, pero el contacto humano puede resultar muy estresante, y si bien, los elefantes a menudo crean una relación muy especial con su mahout o cuidador, los demás “sobramos”, pero tal vez el dejarlos tranquilos sea la mejor ayuda para los elefantes.